domingo, 22 de noviembre de 2015

Muestra internacional de vinos de la biodiversidad

Vinos que florecen de tierras que han sobrevivido al  olvido, de  seres que parecen ir a contra corriente, porque creen en la transformación de su territorio, labriegos  que  escogen el camino de la lentitud observando  su lugar, creando vinos  que renacen de interpretaciones de otros tiempos.

Biodinámica, un comienzo sin fin, más que una palabra extraña, es  un retorno a las prácticas agrícolas  como lo hacían nuestros antepasados, es lo que se respiraba en la primera muestra internacional  de vinos de la biodiversidad que se celebró el pasado sábado en el ayuntamiento de Castrelo de Miño.


Vinos de gente que va despacio, con vinos que son un verdadero placer de lo auténtico como: Iago Garrido  con sus vinos de la reluciente  finca en  Rioboó,  dónde poco a poco va proyectando sus ilusiones. Adegas Xangall  de Begoña Troncoso Fernández, emocionante proyecto donde sus vinos hablan en la copa. La brigada de Betanzos  pisando fuerte con el magnífico vino  “Os 2 de sempre”. Los vinos de Nacho González “La Perdida”  que va superándose  año tras año.  Roberto Regal y las múltiples caras de la Ribeira Sacra. El trío de Cume do Avia que han conseguido unos vinos muy especiales.  “Torgo” carismático vino creado por Magdalena Paramés  y Javier  Barba  en el municipio pontevedrés de A Cañiza. De Tomiño  “Vimbio” su creador Martín un joven humilde comprometido y con muchas ganas de crecer.  Xurxo Alba, la cara amable de Rias Baixas, en una palabra  sublime. Javi y los insuperables vinos de fazenda Prádio. Quinta da Palmirinha con su vino verde 2013 fue la culminación de la tarde.

Pasamos una tarde espléndida con gente que tiene una relación  muy profunda con la tierra y que con sus elaboraciones están cambiando el panorama vinícola gallego.
Perdón por no mencionar a todos los presentes.
Muchas gracias a Bernardo Estévez por la invitación.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Cume do Avia: Sueños

Cume do Avía, nombre que describe un entorno singular, la fuerza de la naturaleza, el sentir de lo familiar y sobre todo mucho orgullo de  ser trabajadores de la tierra.  Proyecto ideado en el año 2005 por los hermanos Alvaro y Diego, junto a su inseparable primo Fito, son jóvenes con mucha  valentía y  con un gran apego por todo lo que representa el rural gallego.

Fito, Álvaro y Diego

Y por qué  lo de hacer vino? le pregunté en un encuentro casual a Diego, él suspiro profundo y la cara le brilló, con un tono pausado me respondió: Un día quedamos en la viña y te transmitimos lo  que significa el vino para nosotros.


Después de unos meses nos encontramos en Cenlle, en sus fincas. Junto a ellas se encuentra la Aldea “Eira do Mouros”, un bello conjunto de casas en ruinas, donde nacieron y vivieron sus abuelos, y que ellos ahora están recuperando con mucho esfuerzo ya que tiene mucho que ver con lo que son como personas y sobre todo los representa.

No me hizo falta que Diego me  respondiera a la pregunta pendiente, al caminar por las ruinas de la aldea contemplando el viñedo, entendí lo que simboliza el vino para ellos  y que Fito, Álvaro y Diego son personas que logran captar la esencia de lo natural.



Eira do Mouros
Cume do Avia, es un sueño que se sustenta en 9 hectáreas de viñedo, repartidas en 6 parcelas alrededor de la Aldea Eira do Mouros, con una gran diversidad de variedades ancestrales, diferenciadas por las características de suelos y situación. 
El laboreo  se realiza de manera ecológica, siempre mirando al territorio como camino hacia la diferenciación e identidad de  pertenencia a un paisaje único.



La primera añada que comercializaron fue 2013 Cume do Avia blanco y tinto, catamos esta y la próxima que va a salir al mercado la añada 2014, además también de las micro producciones que son las primeras experiencias con barricas. Me gustó mucho todo lo que probé, sus vinos son personales, tienen fuerza, solidez, humildad y cariño.

En ellos hay muchas ganas de crecer junto a sus vinos. Hablamos horas de sus ilusiones y del esfuerzo que implica poder desarrollar Cume do Avia, que seguramente de no ser por todo el apoyo familiar que tienen no sería posible. Quizás aquel viaje de los tres en furgoneta  recorriendo toda Europa siendo ellos unos adolescentes, selló una amistad que hoy  les hace inseparables.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Viña de Martin Os Pasás

En Arnoia, donde el río que lleva su nombre, se encuentran montañas discontinuas de viñedos ancestrales, estrechas vías, casas bajas de piedra en el camino, cruceiros que sobresalen e ilustran esa mística  falaz de un territorio superior donde todo parece austero.


Luis Anxo Rodríguez, viticultor que parece  escuchar la voz del tiempo, con sus vinos la historia se transforma en presente. Para conectar con sus creaciones hay que mirar más allá de su persona, estamos antes un ser distinto que tiene una conexión muy profunda  con la raíz  de su lugar y lo revela a través de sus vinos.

En mi época de servidor de vinos en el restaurante Galileo, cuando  solía recomendar un vino de Luis Anxo, sobre todo los tintos, le decía al comensal que cada copa iba a ser un sorbo de clima, transportándonos al entorno gallego, imaginando que somos unos peregrinos caminando en otoño por el paisajes de Galicia, con sensaciones de frío, niebla, castañas, bosques, humo, lluvia, hasta la nostalgia de aldea.

Con mi amigo el buscador compartimos una botella de Viña de Martin Os Pasás 2005, no sé cómo se hizo con ella pero fue un gran desconcierto de placer, seguramente que si me tocase dibujar este vino en la sala de un restaurante, las únicas tres palabras que me saldrían del alma serían, trabajo, tiempo y pureza