Fazenda Agrícola Augalevada |
Hace un tiempo, caminando me encontré con la madre de Iago Garrido y me dijo que este hijo mío con esta pasión de hacer vino ha escogido un camino muy difícil, el podría vivir mejor, pero igual nosotros la familia le brindamos todo nuestro apoyo.
*Fragmento del Libro Espejos de Eduardo Galeano.
Mercenarios
Ahora se llaman contratistas.
En Italia, hace siglos, se
llamaban condottieri. Se alquilaban para matar, y condotta era el nombre del
contrato.
Paolo Ucello pinto a estos guerreros, tan elegantemente vestidos y graciosamente movidos que sus cuadros más parecen desfiles de modas que sangrientas batallas.
Pero los condottieri eran hombres de pelo en pecho, que no tenían miedo a nada, salvo a la paz.
En sus años mozos, el duque Francesco Sforza había sido del oficio, y no lo olvidaba.
Una tarde, paseaba el duque por los alrededores de Milán, cuando desde lo alto del caballo arrojó una moneda a un mendigo.
El mendigo le deseó lo mejor:
Que la paz sea contigo.
¿La paz?
Un golpe de espada le voló
la moneda de la mano.
Iago Garrido es un ser inquieto, que no duda en enterrar una tinaja en el medio de su finca y llenarla de uvas, ni vendimiar un mes antes que sus vecinos, quizás Iago sea como el duque de la historia de Galeano, no le tiene miedo a nada sólo a la paz, por eso es cultivador de uvas.
Mercenario blanco 2016, enhorabuena mercenario.
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