lunes, 7 de septiembre de 2015

La excelencia de Quinta da Muradella

Desde el primer momento que me propusieron hacer mi sección de vinos Gallegos “mensaje en la botella”,  deseo escribir  de la bodega Quinta da Muradella, proyecto creado y dirigido por José Luis Mateo García. Sin exagerar estamos ante el viticultor más grande de España, él junto a su equipo trabajan de manera obsesiva sus viñedos con una riqueza de variedades ancestrales, siendo artífice de una excepcional línea de vinos que son verdaderas obras de arte que nos sitúan a la par de las mejores elaboraciones  del mundo.

José Luis Mateo García, viticultor que ve la vida con otros ojos, con una percepción del tiempo diferente, observador de su lugar, desafiante de las  limitaciones tanto climáticas como sociales, hacedor de vinos en una región histórica pero sin referentes a seguir, construyendo identidad a través de sus conocimientos y de su manera de interpretar la tierra clarificando el camino para una nueva generación.

Imagen vinorama.cl
Su bodega Quinta da Muradella fue creada en el año 1993 en Verín, región de Monterrei. Posee 17 hectáreas de viñedo con uvas casi extinguidas, sus fincas son como un museo histórico al aire libre con una gran diversidad de variedades autóctonas, cómo en tintas: Bastardo, Caiño Longo, Caiño Redondo, Sousón, Brancellao, Zamarrica, Tinto Serodio, Verdello Tinto, Garnacha Tintorera y por supuesto Mencía. En blancas Dona Blanca, Monstruosa, Treixadura, Torrontés, Godello y otras que aún están sin identificar que se les llama Caiños por su acentuada  acidez.

Elabora una veintena de vinos de escasa producción de manera ecológica, con la mínima intervención humana, con uvas pisadas cómo antaño, sin levaduras añadidas, sin barricas nuevas y sin filtraciones, sólo con uvas bien cuidadas que conectan con la naturaleza logrando vinos que sorprenden por su finura, plenitud, complejidad y longevidad.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Eloi Lorenzo, el vino hecho homenaje

Emprendimiento muy afectivo de joven que  se marcha a estudiar a la gran ciudad y después de algunos  años regresa a sus raíces a la aldea de sus abuelos, transformación  que en cierto modo cada vez es más frecuente hijos, que se reencuentran con sus orígenes  poniendo en valor la enorme  riqueza  del rural gallego.

Bodega Eloi Lorenzo  situada en a Ponte Arnoia, Ourense  en la deslumbrante  casa familiar  donde  el abuelo de Javier Monsalve  el médico rural “Eloi Lorenzo” tenía su consultorio, sala que aún se conserva hoy en día  intacta.


Javier Monsalve desde el primer momento que decidió poner en marcha su pequeña bodega quiso homenajear a su abuelo Eloi Lorenzo ya que en entre tantas cosas también era elaborador de vinos y en cierto modo fue el que empezó en el año 1976 a comercializar el primer vino de la familia que en la etiqueta llevaba el nombre de su casa Villa Paz.

Su vino Eloi Lorenzo nació con su primera vendimia en el año 2007 fruto de una pequeña viña ubicada a los pie del río Arnoia  a unos 200 metros de la bodega, su filosofía  se basa en poner suma atención en el viñedo y en la elaboración es la única norma que tiene, por lo demás va aprendiendo y creciendo  en el día a día con su vino.

De Eloi Lorenzo se elaboran 4,000 botellas de uvas treixadura, Torrontés, y Lado de las que se vendimian y fermentan por separado en depósitos  de acero inoxidable, permaneciendo hasta  ser embotellado. 

Eloi Lorenzo 2014,  es un vino grande de un modesto viticultor, posee unas características propias, que lo hacen distintivo y personal.


Pongo el acento en la cata del vino Eloi Lorenzo en la palabra “personal” me parece enriquecedor que se incorporen jóvenes  productores como Javier, al rural gallego ya que en su gran mayoría trabajan ellos mismo el viñedo y se encargan de la elaboración, creando vinos que transmiten su lugar de origen, ya que como consumidor veo a diario  que existe una gran homogeneidad en los vinos de  productores que se acomodan al mercado y se olvidan de trabajar la tierra y  de lo que es más grave de  que cada año pueden hacer mejores vinos.

martes, 1 de septiembre de 2015

Alan De Val, hermanos entre viñas

En la localidad de A Rúa región de Valdeorras un lugar excepcional, entre montañas, casas de piedra con tejados de pizarra y un inmenso jardín de  viñedos que  despliegan su encanto al  píe del río Sil.

Los hermanos Joaquín, Manuel y José Luis Sánchez  son los  creadores de la Bodega Alan De Val, descendientes de una familia dedicada al arte de cultivar uvas desde siempre, además sus padres eran propietarios de un vivero muy reconocido en la zona, lo que sin duda ha marcado en ellos una infancia entre raíces.

Bodega Alan De Val nace en el año 1993, siendo sustentada entre otras por su finca llamada “Pedrazais”. Su nombre ya dice mucho de su carácter, es una parcela de 1,5 hectáreas, de viñas retorcidas que emergen entre piedras y pizarra, marcando la identidad de sus vinos.

Desde el  comienzo reafirmaron su compromiso  por la recuperación de variedades autóctonas como la Brancellao, Mouratón y Gran Negro, además de reivindicar sin complejos que con la variedad Garnacha Tintorera  que plantaron sus abuelos, se podían crear vinos modestos, con un gran sentido del lugar.

Finca Pedrazais
Sí bien, se me hizo  difícil escoger entre  los diez vinos que produce la familia Alan De Val, en esta ocasión me voy a dejar guiar por la  emoción que despertó en mí en aquel instante que lo degusté, es el blanco Pedrazais elaborado de  viñas viejas, de uva Godello, de la finca que lleva impreso su nombre. Es de producción muy limitada, en su elaboración primero fermenta en depósitos de acero inoxidable, para después permanecer en barrica seis meses con sus lías  hasta ser embotellado.

El trabajo bien hecho en el viñedo tiene su  recompensa  y el vino  “Pedrazais Godello 2014 Fermentado en Barrica”  se acerca a la perfección, se muestra en nariz colorista de su origen, buena intensidad de frutas blancas, cítricos, con destacadas notas a pan brioche y frutos secos. En boca es amplio, cremoso, con sensaciones frutales y de final  delicado.