viernes, 29 de marzo de 2013

Un viaje dulce, dulcísimo

Con el postre las preguntas y el misterio. ¿Es verdad qué este fantástico vino dulce se elabora con uvas podridas?

Puede parecer chocante pero es real, los franceses que tienden a embellecer las cosas con nombres bonitos, llaman  a esta situación de uvas  podridas por un hongo, con el decorado disimulo de “Podredumbre Noble”.

Son vinos difíciles de elaborar, de muy escasa producción, considerados como una de las maravillas enológicas, siendo los vinos más aristocráticos y cautivadores del mundo.

Cuenta la leyenda que  su origen nace en un  país del centro de Europa. Las uvas para hacer vino se  vendimiaban siempre con la  autorización del rey,  lo que ocurrió aquel año es que su majestad ocupado por nuevas conquistas, se retrasó unos cuantos meses, encontrando el viñedo con  las uvas podridas, algo que no fue un impedimento para que  este diese la orden igualmente de cosechar y elaborar su vino.

Podredumbre noble”  o también conocida con el nombre científico “Brotrytis Cinerea”, consiste en dejar que las uvas  maduren en el viñedo de manera natural hasta que son infectadas por un hongo que atraviesa la piel de las uvas hasta deshidratarlas, concentrando un escaso néctar de dulzor, acidez y aromas. Para que este milagro enológico sea posible tiene que ayudar mucho el clima y hay que tener mucha paciencia, ya que el hongo no entra en acción de manera uniforme, lo que obliga a ir vendimiando de manera manual, viña a viña en distintas semanas. Un factor  importante y clave que propicia la Podredumbre noble es la humedad del clima.


Así fue que a raíz de un pequeño tropiezo surgieron unos vinos de exquisita dulzura como los vinos de las regiones francesas de Sauternes o  Barsac. El que se conoce como el rey de los vinos, el húngaro Tokay,  Trockenbeerenausles de Alemania y  las escasas elaboraciones de Austria. Vinos que si tuviera que definirlos con una palabra diría “felicidad” por sus  delicados aromas de fruta y su elegancia que nos va envolviendo en un viaje de placer muy dulce.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Bodegas Algueira La Sinfonía

Fernando González,  el compositor  como me gusta llamarlo  compone sus vinos Algueira con tanta delicadeza que transmite sensaciones como si se tratara de un concierto de la filarmónica deViena, su escenario es el que quizás sea la región con los viñedos más fascinantes y de más difícil laboreo del mundo,  la Ribeira Sacra.

Bodegas Algueira  está situada en un  paraje de postal  en Doade Sober en Lugo, rodeado de  empinadas laderas donde las viñas son sostenidas por bancales milenarios en los que las notas musicales  son un crisol de variedades autóctonas recuperadas que se pierden  sobre  los ríos Miño y Sil  siendo éste un escenario único para el cultivo de la vid.




Viñedos Ribeira Sacra

Para los que no conocen a Fernando es de esas personas comprometidas con lo que hacen, vive el día a día dedicado a su bodega, constantemente está  innovando,  haciendo  pruebas con barricas o recuperando algunas variedades perdidas pero siempre con un trabajo por detrás. Su Bodega  es su vida, hay veces que por trabajo coincido con él en Ourense a las 8 de la mañana y me cuenta todo emocionado  lo contento que está de cómo han  evolucionando sus vinos, está claro que tiene una gran ilusión por todo lo que hace, mucho apego y  cariño por la tierra.

Río Sil

El instrumento principal de este inquieto viticultor es la manera con la que trabaja e interpreta su viñedo y el entorno, con una encomiable labor de campo y siguiendo su lema que es: "en Algueira embotellamos el paisaje”.  Parece fácil pero para ello hay que trabajar mucho, los vinos se elaboran bajo el concepto de pago, cada una de las parcelas es destinada para un vino diferente habiendo marcado de este modo un estilo muy personal que lo distingue mucho de los demás.