sábado, 18 de febrero de 2012

A Costiña, esencia de lo autóctono

Galicia,  tierra de una tradición vinícola  milenaria, en sus valles y laderas se encuentran las más diversas variedades autóctonas, una de ellas es la Brancellao de  la cual conocen bien en la bodega Alan De Val que desde  hace unos años apostaron por elaborar un vino monovarietal   Brancellao,  A Costiña cuyo nombre hace honor a la parcela de donde se extraen sus uvas. Era una apuesta un poco arriesgada pero estaban convencidos  del gran potencial de esta uva que expresaría todo el carácter y personalidad de esta tierra.

Esta variedad también es conocida con los nombres de Albarello y Brancello la que  en el siglo XVIII  era una de las  tintas  más cultivadas, que después de la catástrofe de la plaga del oidio del año 1850 casi desapareció y como tantas otras fue quedando olvidada y perdida. Sin embargo  gracias al esfuerzo y esmero de los viticultores gallegos por salvaguardar estas variedades autóctonas podemos decir que en la actualidad existen unos magníficos vinos elaborados  con ésta  vid, claro ejemplo de ello es “A Costiña”.
La Brancellao es una cepa que precisa unas condiciones climáticas y  de suelo  muy concretas para ofrecer lo mejor de sí misma. Es muy  sensible a  enfermedades  como el  oidio o los ácaros y resistente al  mildiu y a la brotritis. Los racimos son de tamaño pequeño de forma cónica no muy compactos. Sus bayas  son de   forma  elíptica corta,  de color azul tirando a negro de pepitas alargadas. Su ciclo de maduración  es medio  tardío, de  brotacion  temprana, sus vinos  poseen una elevada acidez, buena intensidad de color y  excelente graduación alcohólica.

De A Costiña brancellao  tan sólo  se elaboran  1,100 botellas con una crianza en barrica de roble francés de 500  litros que ronda entre los 9 meses.  Es sin duda un ejemplo de  consolidación de esta noble variedad en la  que se fusionan  a la perfeción el  clima y el suelo pizarrozo con el buen trabajo en el viñedo de los hermanos Sanchez Rodriguéz que  han creado un vino con un estilo y personalidad única, con una excelente intesidad de  aromas de frutos rojos como la frambuesa, mora o violeta   envuelto de especias de orégano y cedro, frutos secos, cacao y avellana. En boca  es fresco donde se perciben los aromas de fruta y balsamico, denota finura y equilibrio con un final armonioso e infinito.